Evolución del entrenamiento

En Kyusho, echando un vistazo hacia atrás, veo que la forma de entrenar ha cambiado, y mucho.

Recuerdo que en los inicios trabajábamos mucho la localización de puntos y tratar de aplicar técnicas, bien sean luxaciones bien sean drills o series de golpeo, esquiva y contrataque y los últimos minutos, incapacitaciones. El hecho que estos últimos minutos a veces fueran la mitad de la clase era algo… circunstancial. 😉

Con el tiempo las incapacitaciones se han ido apartando, bien por que es más espectáculo que otra cosa bien por que le da respeto a mucha gente y no está bien que se “pierda” ese tiempo, pero las incapacitaciones se han ido apartando, al menos en mi práctica. Si, que de vez en cuando se practican, pero menos. ¡Las incapacitaciones ya aparecen durante la práctica!

Con el tiempo, los puntos aprendidos han ido en aumento y luego se han ido reduciendo, donde el subconsciente de cada uno, en momentos de tensión, se reducen drásticamente a tus puntos “favoritos”, pero aún así, se deben seguir practicando el resto de los puntos, sobre todo si te dedicas a la formación.

Pero, una vez ya conoces puntos, ¿Qué haces? Pues veo que aprender a golpear y actuar sobre el compañero (o contrincante). ¿Por qué un golpe puede, a veces, sentirse como un mazazo exterior y a veces te dobla como si te hubieran partido en dos por dentro? ¿Por qué después de un par de minutos haciendo combate te quedas sin respiración aun cuando aguantas 1 hora o más corriendo? Buscando estas respuestas me encontré con que la respuesta éramos nosotros mismos, es decir, según como golpeas, como te mueves, como actúas, tu cuerpo responde de una forma u otra. Así, en casos de tensión, es muy normal hacer apenas para tratar de conservar el aire; nuestro subconsciente espera que la situación dure poco y poder tener aire en breve mientras, en una situación de emergencia, nos asegura un aire, pero esto hace que el cuerpo entre en hipoxia y al llegar a la emergencia trate, con todas las fuerzas, inspirar el máximo aire para recuperar el flujo de oxígeno, causando un sobre estrés, una de las principales razones por la que después de un combate podemos estar agotados, no haber espirado correctamente. Para esto, solamente encuentro 2 soluciones, una es practicar, pero con menor intensidad, para ir acostumbrando al cuerpo a respirar, la otra es realizar ejercicios de respiración, bien sea con yoga, donde si no respirar no aguantas el asana, bien con otras técnicas, pero hacerle recordar al cuerpo que debe respirar.

Esto, por poner un ejemplo “fácil”, pero hay más cosas a tener en cuenta, por supuesto y a lo que venía en este artículo, me encuentro que cada vez estoy enseñando menos puntos, no invirtiendo tanto tiempo en ellos, si no cada vez estoy invirtiendo más tiempo en temas relacionados con la táctica en caso de combate, la técnica del cuerpo para no cansarse tanto (respiración), como golpear de forma que le duela de forma más interna al compañero, posición de la cadera, de las piernas, movimiento, como golpear con el cuerpo, como “atravesar” con el golpeo y un largo etc.

Digamos que voy aplicando un ciclo de Deming a mi forma de entrenar y enseñar de forma que voy analizando lo que veo, voy preguntando y voy actuando, pero la situación de revisión del momento puede ser que no sea la que espere o ande buscando.

Ciclo de Deming. Fuente: stocklogistic.com

Y ahora, vosotros, ¿Qué buscáis en el entrenamiento de Kyusho?